Miércoles, 4 de octubre 2017
La segunda exposición a la que asistimos fue "Manchas en el silencio", de la artista Cristina Lucas, situada en la sala Alcalá 31. La exposición toma como punto de partida el 80 aniversario del bombardeo de Guernica, para mostrar un exhaustivo trabajo acerca de los bombardeos a lo largo de la Historia (desde la invención de la aviación) a través de todo el planeta.
La exposición contaba con diferentes partes: en la planta baja, se mostraba la pieza principal, llamada "El rayo que no cesa". Esta obra audiovisual mostraba la sucesión de todos los bombardeos realizados sobre la superficie terrestre mediante un mapa gigante que no paraba de ser agujereado por los bombardeos. Acompañado por imágenes de cada uno de estos sucesos, esta obra es todo un trabajo de historiografía que invita a lar eflexión sobre estos terribles ataques. Por otro lado, también la planta baja de la sala, se exponía la obra "Tufting", un conjunto de telas bordadas que muestran mapas de diferentes zonas terrestres que han sido bombardeadas a lo largo de la Historia. Dichos ataques son mostrados mediante puntos en las zonas exactas del impacto.
Fórmula de la elevación, expuesta en la planta baja. Este cartel fue llevado por una avioneta en el vídeo "Piper Prometeo", proyectado también en la exposición. |
En la planta superior, constituida por un balcón que recorría el perímetro de la planta inferior, se podía admirar la obra "Clockwise", constituida por 360 relojes con las agujas colocadas en diferentes horas, que representaban los 360 grados del planeta Tierra. Esta obra nos hace reflexionar acerca del significado del tiempo, su extensión y su valor. Esta reflexión es realizada mediante el paseo circular realizado al lado de los relojes, cuyo incesante tic-tac nos acompaña mientras los bombardeos siguen sucediéndose a través de toda la superficie terrestre.
"Manchas en el silencio" nos presenta una realidad que se sucede día a día a través de diferentes manifestaciones artísticas, fruto de un exhaustivo y largo trabajo de recopilación de información. Fue una experiencia que resultó ser muy especial: agobiante, profunda, directa y estética. Todo el conjunto tiene la fórmula de la elevación como lema, el cual nos resulta irónico y despiadado tras ver las "manchas" bordadas (lo cual las hace imborrables) sobre la superficie de la tierra. El sueño de volar, por tanto, se ha transformado en toda una máquina de matar.
Toda una invitación a la reflexión sobre la guerra, en la cual nos vemos acompañados sin descanso por el sonido de una avioneta sobre nuestras cabezas, recordándonos que en cualquier momento podemos ser la víctima de la siguiente mancha en el silencio.
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